Honduras: racismo, aplicación de justicia y persecución a Garífunas.

Sambo Creek, 8 de agosto de 2017.- El pueblo Garífuna en Honduras es víctima del racismo estructural que prevalece en Honduras. Entre los innumerables casos se encuentra el de la Sra. Feliciana Eligio Suazo, la cual falleció en febrero de 2013, tras haber sido interpelada y acusada de usurpación en el Juzgado de Tela, de donde fue sacada rápidamente, por los operadores de justicia, cuando se percataron del grave estado de salud en que se encontraba, como consecuencia del hostigamiento enfrentado. Doña Mena -nombre con el cual se le conocía en San Juan Tela-  murió camino al hospital.

La deshumanización que afecta a los operadores de justicia en Honduras, está impregnada además de un fuerte racismo, agravado por el desprecio que sufrimos los Garífunas en Honduras, en donde somos considerados extranjeros después de más de dos siglos de haber arribado al país.

El crimen de Doña Mena según el Juzgado de Tela, fue el de apropiarse de un terreno comunitario, que apareció en los registros de propiedad a nombre de un foráneo. Cabe recordar que de las 1700 hectáreas del territorio ancestral a la comunidad de San Juan Tela, solo le fueron tituladas por el Instituto Nacional Agrario (INA), 68 hectáreas en el año 2000; cercenando el Estado de Honduras, el derecho a la propiedad comunitaria ancestral, y anteponiendo los supuestos derechos de la élite de poder, la cual se apropió de la mayor parte del territorio ancestral de San Juan Tela.

La actitud de los funcionarios públicos en el país hacia los Garífunas está marcada por el desprecio. Basta recordar las palabras proferidas por el diputado Miguel Angel Gamez, a finales de marzo de 2006, cundo manifestó abiertamente “a mi me caen mal los negros”. Gámez preside en la actualidad la Alianza Publico Privadas”, ente encargado de las Zonas de Empleo Desarrollo Económico (ZEDE) conocidas también como las “ciudades modelo”, las que abarcan en su última versión mas de 20 comunidades Garífunas. Las ZEDES poseen un Comité de Mejores Practicas, conformado en su mayoría por extranjeros ligados a partidos de ultraderecha; siendo la presidenta del comité, la austriaca Barbara Kolm, la que nunca ha ocultado su desprecio por los extranjeros, y es una de las abanderadas de la xenofobia en Europa.

El factor cultural parece ser que es determinante en cuanto el rechazo que prevalece hacia el pueblo Garífuna. Es interesante como somos asimilados por las autoridades estatales en relación a deportes y música, y de vez en cuando como funcionarios estatales; siempre que nos encontremos enmarcados en las premisas de partidos políticos. Por lo general el Estado y los medios de comunicación utilizan el término afrodescendientes o negros, y en contadas ocasiones utilizan la palabra Garífuna. El racismo es disfrazado con la inserción de algunos Garinagu, que se ven obligados a adherirse a las pretensiones de domesticación y entrega del  territorio ancestral.

En días recientes cuatro mujeres Garífunas, que se han destacado por la defensa del territorio, han sido citadas por el Juzgado de Trujillo, acusadas de difamación y calumnia por un empresario canadiense que usurpó un terreno en Guadalupe,  terreno que posteriormente fue liberado por jóvenes de la comunidad que se encuentran proseguidos por invadir su propio territorio. Patrick Forseth -el supuesto difamado- obtuvo de forma ilícita un terreno  comunitario donde existió un proyecto de ecoturismo manejado por mujeres Garífunas, abandonado ante la violencia imperante en la zona durante la década pasada.

Es interesante, que en un país donde el 95% de los homicidios se encuentran en la impunidad y donde existen enclaves territoriales que continúan siendo controlados por el crimen organizado, las autoridades hubieran sido diligentes como para empreder  un caso en contra de cuatro mujeres Hondureñas -aunque les duela- a favor de un canadiense asociado con la mafia de Randy Jorgensen, conocido como el rey del porno en el Canadá, extranjero que también se encuentra proseguido por usurpación de tierras comunitarias Garífunas.

Mientras tanto el Congreso Nacional se apresta a dar el ultimo zarpazo contra el pueblo Garifuna, al pretender aprobar una Ley de Fomento al Turismo, mediante la cual se permite expropiar terrenos considerados como propicios a las inversiones extranjeras, y se aumenta los privilegio fiscales de los supuesto inversionistas.

Organización Fraternal Negra Hondureña, OFRANEH

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