La aparición del cadáver de Edwin Noel Flores Sacaza, Garífuna que se desempeñaba como guardia de seguridad en la planta termoeléctrica de la Ensenada, y la ausencia de una versión oficial sobre este hecho así como el silencio al que se han llamado los medios de comunicación, ha despertado un sinfín de cuestionamiento, por parte de los habitantes de Sambo Creek, comunidad de dónde Edwin era originario.
El Grupo Laeisz – propietario de la termoeléctrica en cuestión – y las autoridades municipales se han llamado al hermetismo, confirmando de esta forma el estilo inapropiado con que han manejado sus relaciones con las comunidades Garífunas de Sambo Creek y Corozal, las que se encuentran localizadas a escasos kilómetros de la termoeléctrica, y se verán afectadas por la contaminación de la quema de combustible Búnker C (Fuel #6) el que es considerado altamente tóxico y es prohibido en varios países.