Éxodo masivo, narcodictadura y sus padrinos en Washington y Tel Aviv
Las comunidades Garífunas en la costa caribe de Honduras vienen siendo abandonadas, especialmente por la juventud y niñez, que han emprendido el incierto camino hacia “el norte”, generando un vaciamiento de los territorios, ante la severa crisis que afecta el país.
Mientras tanto la administración Trumo y su política de “cero tolerancia”, ha dado lugar al surgimiento de campos de concentración y a la separación de miles de hijos de sus padres, hasta el punto que se desconoce el paradero de más de 2400 menores de edad.
A casi diez años del golpe de estado de 2009, Honduras se encuentra bajo una nube permanente de gas lacrimógeno con la cual el cartel que controla el estado pretende disipar su irremediable fracaso; siendo su único sostén el apoyo irrestricto que viene brindando la administración de Donald Trump.